Baloncesto

Vinicio Muñoz: del Olimpo del baloncesto a la gloria de Dios

Santo Domingo.- Mencionar su nombre es hablar de baloncesto, pero del mejor baloncesto.

Su trayectoria dentro y fuera de la cancha lo proyecta en el tiempo como una gran leyenda.

Ayer de la mano de su mentor Félix Aguasanta, cargado de ilusiones y sueños, trilló el camino del mejor de los éxitos en el baloncesto, y hoy camina firme de la mano de Dios predicando su palabra como testimonio de vida y enseñando los fundamentos del deporte de su vida a niños y adolescentes en la escuela que lleva su nombre.

Ese es Héctor Vinicio Muñoz, La Pantera Rosa, El Fino, catalogado como el “dueño y señor del Palacio de los Deportes profesor Virgilio Travieso Soto, y sus hazañas así lo confirman, líder absoluto de puntos y rebotes de toda la historia del baloncesto superior distrital, gracias a su dilatada carrera que abarcó cuatro décadas.

Vinicio Muñoz fue figura de primer orden del baloncesto criollo durante cuatro décadas.
Vinicio Muñoz fue figura de primer orden del baloncesto criollo durante cuatro décadas.

Vencedor de obstáculos

Su vida puede ser usada como argumento para una cinta cinematográfica, porque de la cumbre más alta, hasta donde su extraordinario talento lo elevó, cayó abruptamente en el oscuro túnel de la drogadicción, motivo por lo que recibió una suspensión en 1987, de la que regresó rehabilitado y a la cúspide de su carrera.

Su tenacidad le permitió superar obstáculos y nuevamente apareció luz en el túnel que le indicó el camino correcto… su carrera tuvo un resurgir como jugador, marcada por una conducta ejemplar como ciudadano.

Es un confeso cristiano para la gloria de Dios y tiene un ministerio llamado “Un Canasto para Cristo”, donde visita a los clubes y a las iglesias para brindar su testimonio de cómo era su comportamiento antes y cómo conoció el cristianismo.

Sin embargo, Vinicio se queja amargamente de las trabas y los prejuicios que encuentra en su camino, en su afán de concienciar a los jóvenes y ayudarles para evitar que caigan en los vicios.

“No me asombra para nada que los clubes y las ligas principalmente no estén aprovechando Mi Canasto para Cristo, donde mi único objetivo es llevar testimonio de vida como atleta, de donde vengo, como vencí tantos obstáculos para llegar hasta el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, cómo conocí al Señor y como es mi vida antes y después de conocer a Cristo. Traspasar y decirles a los jóvenes, que si se puede, que en Cristo hay vida y que Dios es real”, escribió El Fino en su página de Facebook hace unos días a manera de desahogo y de la que Fanático se hace eco.

Es evidente su malestar y desilusión por venir de las organizaciones y dirigentes que forman parte de su clase, de donde viene y en donde está aún como parte de la selección Master o Maxibaloncesto desde donde mantiene el entusiasmo y el amor patrio para seguir representando el país en certámenes internacionales.

Vinicio Muñoz defendido por un nóbel Michael Jordan durante un juego contra Estados Unidos  en 1983.
Vinicio Muñoz defendido por un nóbel Michael Jordan durante un juego contra Estados Unidos en 1983.

“No puedo negar que me siento muchas veces mal por la ignorancia de muchas personas que, supuestamente, son dirigentes deportivos, que se preocupan por la educación integral de sus atletas. Pero entiendo que mi ministerio es gratis, que no tiene patrocinio material y que no dona utilerias deportivas o algún dinerito”, así de dramático es su testimonio.

Este clamor de Muñoz es más que revelador, porque en tiempo de inversiones de los valores en la sociedad dominicana, su ejemplo, su testimonio es ignorado y la juventud se pierde la gran oportunidad de aprender de su experiencia… Lo que hace que su amarga queja es más que válida.

“No lo hago por figureo, aplausos, reportajes periodísticos, porque si así fuera, cuento con la bendición de contar con muchos amigos que podría utilizar. Mi deseó es devolverle a la sociedad y a los futuros atletas y profesionales del mañana”, dice Muñoz.

De algo pueden estar seguro, afirma la Pantera Rosa en su escrito, de que su “Canasto para Cristo” continuará por todo el territorio nacional… Esa es la realidad que vive hoy Vinicio Muñoz, un deportista Marca-País, empeñado en contar su testimonio y llevar el evangelio a un juventud dominicana que tanto lo necesita.

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